CARTA ABIERTA AL SEÑOR PROCURADOR GENERAL DE LA REPÚBLICA
LA DEMOCRACIA ES LA FUERZA QUE IMPULSA EL ORDENAMIENTO DEL EQUILIBRIO, LA JUSTICIA, LA PAZ Y EL CRECIMIENTO COLECTIVO DE LA VIDA EN SOCIEDAD
Señor Procurador General de la República.
Francisco Domínguez Brito
Su Digna Atención.
Distinguido Señor Procurador:
Me dirijo a Ud., Muy Respetuosamente, por este medio abierto, convencido de que alguna mención de este mensaje le llegaría en algún momento, para señalar nuestra atención sorprendida y alarmada ante la desmesura del desbordamiento jurídico cometido en contra de una muy joven madre adolescente quien ha sido prevenida judicialmente en atención al requerimiento de su oficina, a permanecer, cuando menos, tres meses en coherción de libertad y encierro carcelario, bajo el cargo supuesto, no probado y de difícil posibilidad de prueba, de haberle provocado daños a la salud de una infante, a la vez es su propia hija, al presentar una foto en la que la menor aparece en contacto con un recipiente etiquetado con una marca comercial de bebida alcohólica, -cerveza-.
Esta madre, una casi niña, quien ha debido ser atendida con el mayor respeto y diligencia médico-social concerniente al cuasi-trastorno que significa su condición de madre adolescente, es, -sin cargos auténticamente probables-, ultrajada, menospreciada, separada de su hija, esposada y encarcelada bajo la gravedad obvia de sus impotencias económicas.
Mucho más allá de las muy evidentes violaciones procesales que se evidencian en el caso, los atropellos derivados del mismo, ya se percibe el peso atropellante de una medida harto dañina, abusadora, truculenta, fuera de medición y sensatez de la autoridad de El Estado, cargada de improvisación, dudas y fanfarronerías mediáticas,
Es de lamentar que este descuido de su despacho ocurra durante el justo momento en el que en nuestra sociedad Ud. recibe los más efervescentes reconocimientos populares y hasta diplomáticos ante otros verdaderamente complicados actos jurídicos originados también en la misma oficina suya, de la que habría salido el desaguisado que nos ocupa.
Señor Procurador de la República, corrija esa inconducta ejercida por su oficina.
Muy Cortésmente,
Julio A. Ramírez M.
Señor Procurador General de la República.
Francisco Domínguez Brito
Su Digna Atención.
Distinguido Señor Procurador:
Me dirijo a Ud., Muy Respetuosamente, por este medio abierto, convencido de que alguna mención de este mensaje le llegaría en algún momento, para señalar nuestra atención sorprendida y alarmada ante la desmesura del desbordamiento jurídico cometido en contra de una muy joven madre adolescente quien ha sido prevenida judicialmente en atención al requerimiento de su oficina, a permanecer, cuando menos, tres meses en coherción de libertad y encierro carcelario, bajo el cargo supuesto, no probado y de difícil posibilidad de prueba, de haberle provocado daños a la salud de una infante, a la vez es su propia hija, al presentar una foto en la que la menor aparece en contacto con un recipiente etiquetado con una marca comercial de bebida alcohólica, -cerveza-.
Esta madre, una casi niña, quien ha debido ser atendida con el mayor respeto y diligencia médico-social concerniente al cuasi-trastorno que significa su condición de madre adolescente, es, -sin cargos auténticamente probables-, ultrajada, menospreciada, separada de su hija, esposada y encarcelada bajo la gravedad obvia de sus impotencias económicas.
Mucho más allá de las muy evidentes violaciones procesales que se evidencian en el caso, los atropellos derivados del mismo, ya se percibe el peso atropellante de una medida harto dañina, abusadora, truculenta, fuera de medición y sensatez de la autoridad de El Estado, cargada de improvisación, dudas y fanfarronerías mediáticas,
Es de lamentar que este descuido de su despacho ocurra durante el justo momento en el que en nuestra sociedad Ud. recibe los más efervescentes reconocimientos populares y hasta diplomáticos ante otros verdaderamente complicados actos jurídicos originados también en la misma oficina suya, de la que habría salido el desaguisado que nos ocupa.
Señor Procurador de la República, corrija esa inconducta ejercida por su oficina.
Muy Cortésmente,
Julio A. Ramírez M.
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