CARTA A DANILO MEDINA, PRESIDENTE DOMINICANO Y A LEONEL FERNÁNDEZ, EX-PRESIDENTE DOMINICANO
LA DEMOCRACIA ES LA FUERZA QUE IMPULSA EL ORDENAMIENTO DEL EQUILIBRIO, LA JUSTICIA, LA PAZ Y EL CRECIMIENTO COLECTIVO DE LA VIDA EN SOCIEDAD.
La historia política de la República Dominicana está y seguirá sobresalientemente tatuada por la impronta indeleble de la herencia política, ideológica y moral, humanística, patriótica y ética de Don Juan Bosch.
Inexcusablemente estamos obligados a reconocer que son Ustedes, Danilo Medina y Leonel Fernández, ambos alumnos del citado Prof. y Ex-Presidente Dominicano, Don Juan Bosch, de los mejor aprovechados y como tal exitosos dirigentes quienes han sido formados bajo su marco de rigurosidades enderezadas por la lógica social, histórica y universal, propiamente atezadas junto a la verticalidad del horcón erigido y nombrado materialismo científico.
La Sentencia del Tribunal Constitucional que procura validar la desnacionalización de los hoy ex-dominicanos, hijos descendientes de nacionales haitianos que llegaron a nuestro país contratados, reconocidos histórica y oficialmente por todos los órganos formales del Estado Dominicanos y como tales así documentados y en ejercicio social público válido, útil y legal, durante los últimos cien años, ha venido a constituirse en una desigual iniquidad jurídica tanto a la luz del derecho nacional como el internacional.
No son Ustedes, Danilo Medina y Leonel Fernández, ni el uno ni el otro, los más indicados para asumir la pesada carga moral de tan insostenible truculencia capaz de reducir a cenizas históricas sus respectivos éxitos como conductores políticos que hasta hoy logran trascender nuestras propias fronteras.
La densidad de los retorcimientos y las faltas cometidas contra los valores humanos, mundialmente han sido asimilados como hechura perversa y contra-constitucional, lo mismo que por todos los estamentos del derecho nacional y universal, -.salvo el caso de adhesiones a compromisos acostumbrados a motivaciones reconocidas por inexcusables-, situación que tiende a colocarlos a ustedes mismos como necios fanáticos de una asincronía social, antropológica y racional, que, sin embargo, los dominicanos mismos hemos escuchado de sus propias voces, que no son compromisarios ideológicos de la desmadrada decisión.
Cargar con las consecuencias políticas de esa torpeza jurídicamente desfasada, ha sido ya lo suficientemente oneroso para sus carreras como conductores u orientadores del pensamiento de gran parte de nuestra población.
Desháganse de ese adefesio como puedan.
Muy Respetuosamente,
Julio Ramírez
La historia política de la República Dominicana está y seguirá sobresalientemente tatuada por la impronta indeleble de la herencia política, ideológica y moral, humanística, patriótica y ética de Don Juan Bosch.
Inexcusablemente estamos obligados a reconocer que son Ustedes, Danilo Medina y Leonel Fernández, ambos alumnos del citado Prof. y Ex-Presidente Dominicano, Don Juan Bosch, de los mejor aprovechados y como tal exitosos dirigentes quienes han sido formados bajo su marco de rigurosidades enderezadas por la lógica social, histórica y universal, propiamente atezadas junto a la verticalidad del horcón erigido y nombrado materialismo científico.
La Sentencia del Tribunal Constitucional que procura validar la desnacionalización de los hoy ex-dominicanos, hijos descendientes de nacionales haitianos que llegaron a nuestro país contratados, reconocidos histórica y oficialmente por todos los órganos formales del Estado Dominicanos y como tales así documentados y en ejercicio social público válido, útil y legal, durante los últimos cien años, ha venido a constituirse en una desigual iniquidad jurídica tanto a la luz del derecho nacional como el internacional.
No son Ustedes, Danilo Medina y Leonel Fernández, ni el uno ni el otro, los más indicados para asumir la pesada carga moral de tan insostenible truculencia capaz de reducir a cenizas históricas sus respectivos éxitos como conductores políticos que hasta hoy logran trascender nuestras propias fronteras.
La densidad de los retorcimientos y las faltas cometidas contra los valores humanos, mundialmente han sido asimilados como hechura perversa y contra-constitucional, lo mismo que por todos los estamentos del derecho nacional y universal, -.salvo el caso de adhesiones a compromisos acostumbrados a motivaciones reconocidas por inexcusables-, situación que tiende a colocarlos a ustedes mismos como necios fanáticos de una asincronía social, antropológica y racional, que, sin embargo, los dominicanos mismos hemos escuchado de sus propias voces, que no son compromisarios ideológicos de la desmadrada decisión.
Cargar con las consecuencias políticas de esa torpeza jurídicamente desfasada, ha sido ya lo suficientemente oneroso para sus carreras como conductores u orientadores del pensamiento de gran parte de nuestra población.
Desháganse de ese adefesio como puedan.
Muy Respetuosamente,
Julio Ramírez

0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio