LA UNIVERSIDAD AUTONOMA DE SANTO DOMINGO: UNA VERGÜENZA NACIONAL
LA DEMOCRACIA ES LA FUERZA QUE IMPULSA EL ORDENAMIENTO DEL EQUILIBRIO, LA JUSTICIA, LA PAZ Y EL CRECIMIENTO COLECTIVO DE LA VIDA EN SOCIEDAD.
LOS CENTROS DE ESTUDIOS AVANZADOS, sean estos de carácter mistico o de caracter científico, en cualquier civilización cultivada racionalmente, constituyen las fuentes de conocimientos, orientación y conducción lógica de las sociedades.
En nuestro país, República Dominicana, la Universidad Autónoma de Santo Domingo, continuación histórica de la que se reconoce como la Universidad Primada del Nuevo Mundo, durante los últimos cuatro siglos ha constituído el estandarte fundamental del saber cientifico, práctico y teórico, bajo cuyas armonías, muchas veces atropelladas, se han forjado de modo sistemático las conciencias que han conducido el quehacer político, científico, jurídico, histórico y administrativo de nuestra vida repúblicana.
La conciencia histórica madurada al calor de proverbiales accidentes políticos que devinieran en difíciles luchas ciudadanas, han traido y colocado a la hoy UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SANTO DOMINGO, en un sitial de respeto y veneración misticos por parte de los distintos sectores de la Sociedad Nacional, especialmente por parte de las grandes masas de jóvenes estudiantes que sueñan con añoranzas llegar hasta el seno de la Gran Fuente para hacerse de la oportunidad de nutrirse, de adquirir bajo su orientación , una formación en el conocimiento profesional que llena sus vidas de esperanzas y satisfacciones.
Hoy, sinembargo, esa Gran Academia, "Centro de Vida Espiritual, por cinco siglos cansagrada", se desliza empujada hacia hacia la defenestración, por la ventana del cohecho, tras las heridas que constantemente les renuevan sus administradores, cada día más corrompidos, incapaces y convertidos en conspiradores empedernidos contra la vida institucional de esa Alma Mater que tantos sufrimos y amamos.
La UASD es hoy, -y desde hace un par de decenios-, un centro de corrupción adminstrativo, inpunemente libre de correcciones, que se mantiene asaltada, desde desde entonces, por mafias aposentadas como patas de un gran pulpo, en cada una de sus oficinas administrativas. La Universdidad de Kase Acta, Hugo Tolentino, Andrés M. Aibar, Tirso M. Ricart, Federico Lalane José, Hamlet Herman, Ivelisse Prats, Hatuey Decamps..........ha desaparecido, para dar paso a un desorden que luce insalvable, no importa ya cuales nombres sean los que traten de encabezar la corrección de su rumbo.
El poder político corrompido, el comercio de tráficos de diligencias espúreas, junto al deterioro del orden académico, amenazan con destrozar la vieja mística en la que se amparan aún el nombre y la tradición que le permiten seguir respirando, malherida, violada y estuprada por traficantes internos y externos, hasta unos niveles que la colocan en la ruta del precipicio de una Gigantesca Depredadora de recursos económicos oficiales, -es decir, de los recursos del pueblo-, a tal nivel que ha quedado harto fijado el hecho de que, no obstante los esfuerzos de sus estudiantes por dar lo mejor de sus capacidades y voluntades juveniles, en pro de sus responsabilidades como jóvenes comprometidos con sus obligaciones y afanes etudiantiles, el desorden, las conspiraciones económicas y la falta de una conciencia de ciudadanía y de patria, hacen que hoy, peor que nunca, el costo económico y social que han de pagar las familias dominicanas, junto al estado y el propio estudiante, antes de que se reciba de una carrera profesional, es mayor que el costo que haya de pagar cualquier estudiante millonario cuando sigue una carrera profesional hasta su finalización académica en cualquier otra universidad de nustro sistema de estudios superiores.
Esto es escandaloso y tiene que ser corregido antes de que estas verdades lleguen a servir de pretexto que motiven un desmantelamiento absoluto de la infraestructura física, la infraestructura moral y la infraestructura técnico científica que aún la soporta.
De lo contrario, cualquier Administración Gubernamental, mínimamente respetable, estará en la obligación de intervenir este desorden, esta ignominia social y administrativa en la que se ha convertido este Centro de Estudios Superiores, en el que hoy, luego de gastarse año tras año, desde principio de los años setenta, una millonada de los dineros públicos, para instalar una estructura informática moderna, útil y funcional, sólo se ha logrado sacrificar cada vez en foma peor y abusadora, las aspiraciones de los estudiantes que buscan organizar sus programas de estudios, armando con sus asistencias y su tiempo, una estructura sistemática óptima, por el contrario, el desorden administrativo, la corrupción y el desprecio por la conciencia del deber ciudadano, han colocado sobre los hombros de cada estudiante un baldón de pesadas distribuciones de horarios imposibles, incongruentes e irracionalmente ordenados, de tal manera que, con mucha suerte, un estudiante que se pasara desde las siete de la mañana hasta las diez de la noche viajando de recinto en recinto, incluidos unos en la Zona Universitaria y otros en otras alejadas zonas del Distrito Nacional o las provincias aledañas, terminaría su carrera cuando menos con dos años de retraso.
Junto al costo de este sacrificio, cuando sea estimado objetivamente, se habría destapado una caja repleta de desperdicios y abusos tras los que bien se podrá deducir que los profesionales graduados en la UASD, resultan los más onerosos de nuestro sistema de administración universitaria. La UASD tiene que ser rescatada. La Federación de Asociaciones de Egresados de la UASD, tiene que hacerse una realidad que asuma la lucha por el rescate de los valores legitimos de su Alma Máter.
En nuestro país, República Dominicana, la Universidad Autónoma de Santo Domingo, continuación histórica de la que se reconoce como la Universidad Primada del Nuevo Mundo, durante los últimos cuatro siglos ha constituído el estandarte fundamental del saber cientifico, práctico y teórico, bajo cuyas armonías, muchas veces atropelladas, se han forjado de modo sistemático las conciencias que han conducido el quehacer político, científico, jurídico, histórico y administrativo de nuestra vida repúblicana.
La conciencia histórica madurada al calor de proverbiales accidentes políticos que devinieran en difíciles luchas ciudadanas, han traido y colocado a la hoy UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SANTO DOMINGO, en un sitial de respeto y veneración misticos por parte de los distintos sectores de la Sociedad Nacional, especialmente por parte de las grandes masas de jóvenes estudiantes que sueñan con añoranzas llegar hasta el seno de la Gran Fuente para hacerse de la oportunidad de nutrirse, de adquirir bajo su orientación , una formación en el conocimiento profesional que llena sus vidas de esperanzas y satisfacciones.
Hoy, sinembargo, esa Gran Academia, "Centro de Vida Espiritual, por cinco siglos cansagrada", se desliza empujada hacia hacia la defenestración, por la ventana del cohecho, tras las heridas que constantemente les renuevan sus administradores, cada día más corrompidos, incapaces y convertidos en conspiradores empedernidos contra la vida institucional de esa Alma Mater que tantos sufrimos y amamos.
La UASD es hoy, -y desde hace un par de decenios-, un centro de corrupción adminstrativo, inpunemente libre de correcciones, que se mantiene asaltada, desde desde entonces, por mafias aposentadas como patas de un gran pulpo, en cada una de sus oficinas administrativas. La Universdidad de Kase Acta, Hugo Tolentino, Andrés M. Aibar, Tirso M. Ricart, Federico Lalane José, Hamlet Herman, Ivelisse Prats, Hatuey Decamps..........ha desaparecido, para dar paso a un desorden que luce insalvable, no importa ya cuales nombres sean los que traten de encabezar la corrección de su rumbo.
El poder político corrompido, el comercio de tráficos de diligencias espúreas, junto al deterioro del orden académico, amenazan con destrozar la vieja mística en la que se amparan aún el nombre y la tradición que le permiten seguir respirando, malherida, violada y estuprada por traficantes internos y externos, hasta unos niveles que la colocan en la ruta del precipicio de una Gigantesca Depredadora de recursos económicos oficiales, -es decir, de los recursos del pueblo-, a tal nivel que ha quedado harto fijado el hecho de que, no obstante los esfuerzos de sus estudiantes por dar lo mejor de sus capacidades y voluntades juveniles, en pro de sus responsabilidades como jóvenes comprometidos con sus obligaciones y afanes etudiantiles, el desorden, las conspiraciones económicas y la falta de una conciencia de ciudadanía y de patria, hacen que hoy, peor que nunca, el costo económico y social que han de pagar las familias dominicanas, junto al estado y el propio estudiante, antes de que se reciba de una carrera profesional, es mayor que el costo que haya de pagar cualquier estudiante millonario cuando sigue una carrera profesional hasta su finalización académica en cualquier otra universidad de nustro sistema de estudios superiores.
Esto es escandaloso y tiene que ser corregido antes de que estas verdades lleguen a servir de pretexto que motiven un desmantelamiento absoluto de la infraestructura física, la infraestructura moral y la infraestructura técnico científica que aún la soporta.
De lo contrario, cualquier Administración Gubernamental, mínimamente respetable, estará en la obligación de intervenir este desorden, esta ignominia social y administrativa en la que se ha convertido este Centro de Estudios Superiores, en el que hoy, luego de gastarse año tras año, desde principio de los años setenta, una millonada de los dineros públicos, para instalar una estructura informática moderna, útil y funcional, sólo se ha logrado sacrificar cada vez en foma peor y abusadora, las aspiraciones de los estudiantes que buscan organizar sus programas de estudios, armando con sus asistencias y su tiempo, una estructura sistemática óptima, por el contrario, el desorden administrativo, la corrupción y el desprecio por la conciencia del deber ciudadano, han colocado sobre los hombros de cada estudiante un baldón de pesadas distribuciones de horarios imposibles, incongruentes e irracionalmente ordenados, de tal manera que, con mucha suerte, un estudiante que se pasara desde las siete de la mañana hasta las diez de la noche viajando de recinto en recinto, incluidos unos en la Zona Universitaria y otros en otras alejadas zonas del Distrito Nacional o las provincias aledañas, terminaría su carrera cuando menos con dos años de retraso.
Junto al costo de este sacrificio, cuando sea estimado objetivamente, se habría destapado una caja repleta de desperdicios y abusos tras los que bien se podrá deducir que los profesionales graduados en la UASD, resultan los más onerosos de nuestro sistema de administración universitaria. La UASD tiene que ser rescatada. La Federación de Asociaciones de Egresados de la UASD, tiene que hacerse una realidad que asuma la lucha por el rescate de los valores legitimos de su Alma Máter.

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