MELANIO PAREDES EN LA SECRETARIA DE EDUCACIÓN
Las Pruebas Nacionales nunca han logrado convencer fehacientemente sobre su utilidad, más allá de su función de encuesta para servir al registro estadístico de los niveles alcanzados en cada ocasión.
No obstante, a poco tiempo de su implementación, la irreverente vulneración de su credibilidad, desacreditada a más no pedir por todos los medios de corrupción posibles, ha invalidado hasta el valor estadístico de sus resultados, tal que ya no vale hablar de índices de repitencia en cuanto se refiera éste al último año de la educación secundaria, pues todos los jóvenes que hoy cursan carreras profesionales en nuestras universidades, así como sus padres que oímos atónitos sus historias, sabemos que las llamadas Pruebas Nacionales no han sido más que "Un Relajo", según las palabras de los propios cursantes.
No tenemos que referirnos más de lo que lo han hecho los organismos internacionales dedicados a hacer estas mediciones, a los bajos niveles relativos de nuestra educación escolar. Melanio Paredes, el nuevo incumbente de este Ministerio, el de más trascendencia en cuanto a la formación y mantenimiento de nuestras bases de desarrolo como Nación, carga ahora la obligación de enderezar, cuando menos, la pendiente negativa por la que se desliza nuestra educación básica.
La supervisión eficaz de los esfuerzos académicos y el cumplimiento de los calendarios, de los programas de motivación, de los diseños curriculares, y del bienestar y seguridad social de sus servidores, así como de la formación y actulización constante de la misma, tiene que ser cuidada con la rigurosidad que demanda la crisis que agobia el sistema.
Sé demás que pedirle a Melanio Paredes que haga una pausa en sus responsabilidades políticas partidarias es un tanto menos que un fantaseo, -pero sí-, en cuanto sea dable, Melanio Paredes ha de dedicarse a borrar cualquier huella de descuido relacionada con la parcialización partidaria que pueda afectar la implementación de planes dirigidos a lograr la eficiencia máxima en el rendimiento de alumnos, profesores y supervisores de todos los niveles.
Todas las experiencias deben ser incorporadas a la búsqueda urgente del ritmo de la rectificación y la inversión de desplome en curso. Los niveles de apoyo económico requerido para una administración efieiente, deben apresurarse antes de que el caos y el desequilibrio del sistema sufra los embates de las protestas y las ausencias intolerables de profesores y estudiantes.
El Presidente Leonel Fernández es el mejor informado y mejor conocedor de todo lo hasta aqui expuesto, pero es, también el mismo presidente que impulsó los cmabios de los años noventa, cuando centenares de profesionales de distintas áreas de las ciencias se incorporaron a los estudios magisteriales tras procurarse un puesto como profesores, ante la mejora de las condiciones contractuales del momento.
No cuento con las mediciones de los resultados de aquel entusiasmo, pero cuando menos se elevó sobremanera la calidad de la oferta profesoral así como el entusiasmo por la carrera docente.
Melanio Paredes tiene la oportunidad de crecerse como dirigente y como educador, para el presente y para el futuro.
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