LA CAMARA DE CUENTAS
La escogencia de sus miembros, ha venido a ser, guardando siempre la reserva de una que otra excepción de nombre, un juego de la botella tramposa, haciéndola girar de modo que indique siempre hacia la más frívola de las ofrecidas, según el gusto del escogiente de turno.
Hoy por hoy, sinembargo, es bien cierto que aún quedan nombres y hombres sobre los que pesan las historias de sus actos públicos. Un par de esos nombres quiero hoy atreverme a citarlos, a riesgo de que me desautoricen ellos, que no me conocen, pero de los que sí conocemos todos los dominicanos sus resultados cuando han sido sometidos al escrtutinio público.
Por cierto, en ambos coinciden sus historias ligadas a la que fuera La UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SANTO DOMINGO, la de los finales de los 60 y principio de los 70. Federico (Fitolo) Lalane José, Ex-Vicerrector, Ex-Contralor Nacional, y Hamlet Herman, Ex-Director del Colegio Universitario, Fundador-Ex-Director de Amet, ambos casos, cargados de muchísimas historias heroicas más, que no vienen mucho al caso.
En ambos casos, sus condiciones de hombres de armaduras propias y bien montadas, les trajeron disparidades con los respectivos gobiernos para los que sirvieron. Ambos han sido estigmatizados como "malagradecidos y traidores", en ambos casos por negarse a avalar comportamientos oficiales eticamente cuestionados por la sociedad en general y por casi todos los medios de información públicos.
Propongo que sus nombres sean sometidos con las debidas recomendaciones para que sean escogidos como miembros de la Cámara de Cuentas. En el particular caso de Federico Lalane, reconocido por sus experiencias empresariales, de estado y académicas, como experto financiero, bien servida estaría la Dirección o Presidencia de la, hasta ahora, maltrecha Cámara de Cuentas.
Me arriesgo a considerar que el primer beneficiario de una escogencia como ésta, avalada por la credibilidad y la confianza pública, será el Poder Ejecutivo, hoy más que nunca sometido al descreimiento generalizado, precisamente como consecuencia de la falta de controles internos creíbles, vapuleado por todos los medios, y mal defendido por todos quienes se adelantan a hacer aclaraciones, sobretodo en este momento en el que la desacreditada Cámara de Cuentas, nisiquiera cuenta con miembros.
Don Federico Lalane José y Don Hamlet Herman, si fueran propuestos, deberían aceptar prestar sus servicios como siempre lo han hecho, para rendir al país sus deberes ciudadanos, sin rechiflas ni negativas, para ejercer con la autoridad y la libertad que les concede la Carta Magana del Estado de Nuestra Nación.
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