FUERZA DE LA DEMOCRACIA

FUERZA DE LA DEMOCRACIA es el medio público através del cual procuramos expresar el pensamiento político de la Asociación Sin Fines Electorales, que en REPÚBLICA DOMINICANA nos congrega , bajo la denominación de FUERZA DE LA DEMOCRACIA ¡Por la Democracia Grande!, libres de otras ataduras distintas a la promoción de la DEMOCRACIA como paradigma de Sistema de Estado que asigna la responsabilidad de su destino a los pueblos mismos.

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Lugar: santo domingo, Distrito Nacional, Dominican Republic

miércoles, 27 de octubre de 2010

LA RAZÓN DE LA DEMOCRACIA

LA DEMOCRACIA ES LA FUERZA QUE IMPULSA EL ORDENAMIENTO DEL EQUILIBRIO, LA JUSTICIA, LA PAZ Y EL CRECIMIENTO COLECTIVO DE LA VIDA EN SOCIEDAD.


La Democracia surge como razón ideológica a partir de la optimización natural de los procesos antropológicos.

Estos siguen la ruta de los rendimientos más aventajados, ya que se imponen siguiendo la lógica natural que fija la sobrevivencia de los procesos mejor adaptados con respecto a los más resistentes a su adaptación, siendo así como los adaptados se van imponiendo sobre los no adaptados, a menos que los no adaptados logren transformar el medio y adaptarlo a los requerimietos propios, hecho, que, de por sí, viene a ser, igualmente, e última instancia, un proceso propio de adaptación.

Así, la democracia implica, en primerísima fase, el reconocimiento de un individuo a la existecia de otro. Ese es el gesto primario de la democracia, el más trascendente en sus efectos finales. Admitir la existencia del otro implica el reconocimiento de un espacio vital para ese otro con todas sus consecuencias y efectos sucedáneos.

Ese hubo de ser uno de los instintos primigenios de la materia viva. Así, los hijos, la madre de los hijos, y en toda la sociedad desarrollada a partir de ese núcleo, se va delineando la conveniencia de la suma sinérgica de nuevos indivíduos.

La seguridad y la sobrevivencia de la descendencia así se fueron forjando. La suma de propiedades aumenta la capacidad de acción de los indivíduos por separado.

Así es que en la medida en que el hombre va desarrollandose cada vez más se va agregando mutuamente hasta llegar a la civilidad política a la que evoluciona reconociendo y nombrando Democracia al Estado organizado en torno alal interés, el derecho y la libertad compaartida de todos los ciudadadanos.

Muchísimas formas de adaptación a este concepto continúan afinándose y afirmándose, siempre inclinados, en última instancia a reconocer el derecho de las sociedades a decidir de modo colectivo sus propias formas de vivir.

Estas formas siguen, sinembargo, siendo un proceso en evolución, lejos de alcanzar aún los niveles de equidad humana capaz de entregar oportunidades equivalentes a todos los individuos para su desarrollo y perfeccionamiento racionalmente válido y procurado en las descripciones ideales de los procesos de formación democráticos.

Las Sociedades, casi todas en el mundo más civilizado, predican la procura de sistemas de organización económica basadas en los paradigmas de las libertades democráticas que garantizan los juegos de libres ideas, derechos a la alimentación, a la educación, a la salud, etc., conceptos estos que implican mucho más que una simple libertad de nacer, implican la libertad de existir y ser parte activa del equilibrio en la dinámica lógica de la sinergia intrínseca de la colectividad humana a cargo de los conceptos desarrollados de dignidad, justicia y obligación a la mutualidad de servicios.

Así, pues, La Razón de Democracia, se extiende a una necesidad de sobrevivir como sociedad humana haciendo valer los valores de esa mutualidad para apuntalar el progreso continuo y colectivo de toda la humanidad reivindicada en sus derechos a la salud, el conocimiento, la alimentación, la reproducción y el equilibrio frente al disfrute de todos los estímulos y satisfacciones cultivados colectivamente por el conjunto humano.

La Democracia como sistema y régimen de organización de nuestra sociedad política alcanza a resumir las postulaciones mejor razonables de la lógica en cuanto al rendimiento de los valores colectivos en las garantías del equilibrio social al que tiende la razón de la existencia humana, en oposición a las imposiciones propias de las sociedades de la selva.

El estadio superior de la Sociedad de la Democracia, tiende a ser alcanzado en lala medida que las necesidades humanas se alejen de las grandes diferencias patrimoniales materiales y de poder para vencer a los contrarios en la forma truculenta del aplastamiento y avasallamiento social, que es una etapa en la que aún nos hallamos inmerso pero que tendemos a superar.

domingo, 3 de octubre de 2010

LA REVOLUCIÓN DE LA DEMOCRACIA

La Democracia, como categoría política del Estado Moderno, ha ido acostumbrando este apelativo a la retórica conceptual de las circunstancias para las que convenga hacerla valer. Democracia Capitalista, Democracia Socialista, Democracia de Derechas, Democracia de Izquierdas, Democracia Monárquica, Democracia Republicana, son algunos de los arreglos apellidados para los que usamos el eufónico bocablo.



Sinembargo, la sociedad humana sigue sometida a la explotación miserable de la debilidad organizacional de las masivas poblaciones marginales en todo el globo que habitamos. Nuestras fortalezas estratégicas personales, grupales, nacionales y regionales solemos hacerlas valer para imponernos a como dé lugar sobre los menos afortunados y más vulnerables genéticamente, socialmente y organizacioalmente considerados.



La Democracia como establecimiento moral de beneficios socialmente redituables en favor del crecimiento colectivo y nivelado de todos los núcleos sociaes, amerita de una revolución conceptual, radicada en un proceso universal de reconocimiento que la sociedad es un cuerpo único, cuyos valores generales radican en la suma sinérgica de todas las fuerzas de la inteligencia humana con miras a compartir con la naturaleza sus sus virtudes y secretos.



La Revolución de La Democracia debe aproximarse a un hecho ético-moral casi religioso, procurando la transformación a plazos que deben iniciar a correr desde ya, como un pensamiento, un concepto, una práctica histórica del presente y del futuro inmediato, como una manera de iniciar la corrección de la ruta de la sociedad humana como un todo o conjunto universal.



La Revolución de La Democracia habría de ser asumida como escencia de integración panregional y pannacional. Una serie de señales percibidas através de los acontecimientos políticos y el transcurrir de los tiempos durante el último siglo, nos inducen a pensar en que la sumatoria de las intenciones de integración crecen en el sentido de esos acercamientos.



Van y vienen las disparidades ideológicas y de intereses, regionales, mas, la tendencia de la línea de correlaciones se inclina sobre una pendiente positiva tal como lo prevén los deslizamientos dialécticos de la racionalidad del pensamiento humano. La evolución de las características naturales de nuestra bioosfera nos reúne cada día en torno a la necesidad de sumar propósitos que procuren extender el equilibrio que garantice la sobrevivecia humana y su continuo perfeccionamiento.



Revolucionar la democracia debe significar revolucionar la ingeniería del curso que sigue el ordenamiento social del planeta. El redimensionamiento de los valores sociales sobre los instintos primarios inclinados a la reproducción y la alimentación, bases de la preservación de la especie, implica con suma precisión la necesidad de hacer colectivos y sinérgicos los esfuerzos de todos los miembros del cuerpo social que constituímos como unidad holística.



La Revolución de la Democracia se vuelve en símisma un rearreglamiento del hecho democrático que ha de partir del convencimiento racional, terminado y maduro de su necesario arribo tras el interés expresado por los conglomerados sociales de mayores capacidades de incidencias en todos los medios de formación y conducción humanos como son los que conforman el conjunto de Gobiernos, Academias, Partidos Políticos, Congregaciones Religiosas, Pensadores etc...


La Revolución de la Democracia, pragmáticamente implica la revisión universal de todos los modelos modelos filosóficos, políticos y religiosos que conducen la organización de nuestras sociedades fundadas en los distintos modos del conjunto formado por la aritmética de la Democracia tal como la concebimos hoy, con sus saltos, valles y honduras.



La Revolución de la Democracia ha de partir de una suma de voluntades universales de todos los sectors citados, que debe partir de una conceptualización intelectual, una conveniencia y una necesidad demostrable, biológica, social y política como demanda antropológica, para que sea material, histórica y dialécticamente sustentables, ya que su asumsión implicaría un reordenamiento social dirigido de valores y tradiciones, iluminados inevitablemente por los avances radicales que en el conocimiento se vienen verificando universalmente.