"El ORDEN es la primera ley del cielo.

LA DEMOCRACIA ES LA FUERZA QUE IMPULSA EL ORDENAMIENTO DEL EQUILIBRIO, LA JUSTICIA, LA PAZ Y EL CRECIMIENTO COLECTIVO DE LA VIDA EN SOCIEDAD


 "El ORDEN es la primera ley del cielo. Cada estado tiene derecho a tener sus leyes migratorias y a hacerlas respetar."  Nery R. Estevez

Absolutamente de acuerdo, Dra. Estévez. Así se forman y desarrollan las sociedades y en función de este criterio divino, aserto fundamental sobre el que se funda todo proceso evolutivo, biológico, sideral y social, cuyas medidas de avance permiten medir el grado de civilización concebido en nuestras formas de crecimiento social como racionalismo metodológico y científico. Hemos de congratularnos todos de contar entre nosotros con quien así sepa y pueda academizar esta conversación. De ello me felicito.

Asì, pues, nuestro ordenamiento jurídico nos consagra como sociedad organizada en Estado Soberano, al tenor del consenso y oerdenamiento entre naciones de practicamente todo el universo  de la civilización humana en nuestro planeta y hasta algo más.

Así que como República Dominicana, convertida y reconocida por el consenso universal en su condición de Estado, independiente, libre y soberano, aprovechó e hizo valer su condición para adherirse mediante sus fueros institucionales informados y reconocidos, a una Convención Universal de Derechos Humanos que validó, de acuerdo con los mandatos de sus máximos poderes institucionales reconocidos e informados al Consenso Mundial de Naciones Unidas. que parten del Congreso Dominicano como primer poder del Estado Dominicano, por tratarse de una representación colectiva del universo de su población. Fué así como en 1977, asumió el compromiso soberanísimo de adherirse, por medio de la autorídad de su Congreso Nacional, a los compromisos y privilegios inherentes a la participación en ese arreglo que conocemos como Convención Americana Sobre Derechos Humanos.

En dicha Convención se contienen los términos de participación con deberes y compromisos éticos y políticos implicados en una Corte Interamericana de Derechos Humanos. Así es como. soberanamente, El Estado Dominicano queda favorecido con los privilegios implícitos en la participación de ese ordenamiento social, político, ético y moral, como Nación de ciudadanos creíbles y responsables de sus deberes y compromisos, como ente de una sociedad internacional y regional, con reconocimento mundial.

Todos nuestros arreglos constitucionales, a partir de entonces, así lo prevén y lo hacen constar en sus textos, como del mismo modo lo hacen aplicar las decisiones soberanas de todas las instancias de nuestro ordenamiento jurídico, incluido el propísimo Tribunal Constitucional y particularmente a través de su propio Presidente quien en muy variadas ocasiones así lo hizo constar de modo oficial en documentos públicos oficiales, sentencias y opiniones jurídicas institucionales.

Dislate mayor, disparate, desvergüenza para nuestra vergüenza internacional ha venido a ser una vez más el presumido desistimiento de la verdad que nos compele jurídica, moral y políticamente, como Estado Soberano, creíble y respetable, al que nos expone la truculencia de tan grosero adefesio jurídico vomitado por el Tribunal Constitucional, ya por dos veces, cuando menos.

Este Tribunal Constitucional ha convertido nuestra Soberanía Nacional  en el hazmereír internacional tras esa payasada impulsada por el populismo de colmado que hoy emborracha nuestro poder judicial apresurado a la voluntad de caprichos políticos de tan malos pronósticos como ni siquiera merecen ser considerados en esta ocasión.

Muy, pero muy lamentable ha sido que profesionales y pensadores de corte independiente hayan pintado con la pasión de un nacionalismo oxidado de hojalateros y chatarreros, sus ejercicios científicos sólo empujados por las fanfarrias carnavalescas de la estación, dejando así comprometidos sus propios currículos profesionales y académicos tras unas simples gracias y manoseos sociales simpáticos y teatrales que en poco tiempo terminarán revertidos en vergüenzas frente a las propias masas conducidas por autoridades representantes  de los distiguidos personajes bíblicos, unos, del inefable Pilatos y otros del propio Caifás.  Así quedarán, muy pronto, con las caras más largas que un pepino, puesto que, como lo conoce todo el mundo de la economía, sin mano de obra barata no hay economía capitalista dominicana y no contamos con capacidad para importar chinos. Lo sabe bien, bastante bien y mejor que todos sus demás coristas, la consultora del Banco Mundial, Doctora Nery Estévez, pero se fascina oyendo los coros y mirando las palmas de los judíos que el viernes, al caer latarde, la crucificarán.